En
verano son muchas las setas termófilas, estas que salen pocos días
después de las lluvias, para que aparezcan se tiene que dar una
tormenta generosa y después temperaturas también generosas. La
verdad es que estamos en un año muy bueno para la recolección de
setas veraniegas. Yo sólo he salido un día y a toro pasado, pero
todo y con esto encontré: aereus (unos pocos sanos y otros ya muy
blandos), una veintena de Amanitas de los césares, Macrolepiota
procera vi varias, pero dada su dificultad para conservarlas y su
tamaño sólo cogí 3, lo que más recolecté fueron cibarius (una de
mis setas favoritas). Al día siguiente fui al Xoco (restaurante de
la C/ Doctor Horno, Zaragoza) a enseñarle a Miguel (mi maestro
setero de confianza) una rareza que se dio en el sombrero de dos de
los cibarius que había recolectado y él me mostró una amanita
caesarea albina, en realidad tenía dos, es exactamente igual en
forma y tamaño que la naranja y oro, pero totalmente blanca (yo no
me la comería), por muy caesarea que sea, por nada del mundo me
comería, conscientemente, una amanita de color blanco. También me
enseñó unos Boletus regius que había recolectado y me dio una
master clase sobre ellos, entonces se me pusieron los pelos de punta,
argggggg, prufff, ññññññ, esas fueron más o menos mis
reacciones al verlos, después se me pasó. Os cuento el porque.
La
historia de los Boletus regius del señor Andrés.
Conozco
un señor de avanzada edad que siempre me da la brasa con una seta
que en una ocasión comió y le pareció... Hace muchos, muchos
años... Andrés no tenía ni idea de setas, como marcaba la
tradición del lugar sólo recolectaba robellones, dada su singular
destreza para recolectar nunca llenaba la cesta, pero él seguía
saliendo día tras día con la cestita que había heredado de su
abuelo, el cual fue un afamado rebollonero, pero Andrés no recibió
su gen recolector (el gen del abuelo), quizá debido a su abrumadora
talla corporal que le alejaba mucho del suelo. Una mañana estaba en
la parte baja del bosque de Las Blancas intentando descubrir donde se
escondían los Lactarius, a más altura se encontraba el señor
Francisco, un gran setero. Francisco agazapado en la lejanía
observaba la notoria torpeza de aquel joven para encontrar las setas
naranjas, el señor se apiadó de él y por la tarde ya en Jaca buscó
a Andrés y se hizo el encontradizo, le sacó el tema de las setas,
Andrés se entusiasmó con el tema - nunca hubiese imaginado que
alguien supiese de la existencia de tantas especies comestible - Al
día siguiente, Francisco se lo llevó a por setas y así muchos
días, pero Andrés seguía sin progresar en el asunto. Francisco era
feliz viendo al joven recolectar y recolectar. Aquella mañana de
finales de verano fue la última vez que se vieron, ya que Francisco
desapareció aquel mismo día sin dejar rastro, fueron a un lugar que
nunca habían estado y llenaron las cestas de unos Boletus rosados y
pie amarillo. Andrés se fue a casa con el botín y se los cocinó,
nunca había probado nada igual y jamás volvió a toparse con esta
seta, ni siquiera fue capaz de encontrar el lugar donde Francisco le
llevó aquel mes de septiembre de 1982. Esta historia se la he oído
contar mil veces, siempre insistiendo que aquellas han sido las más
deliciosas setas que jamás ha probado. El Boletus regius. En alguna
ocasión me lo he llevado a buscar setas (al señor Andrés, ya de
extensa edad) y siempre me cuenta sobre lo maravillosa que es esta
seta, tantas veces me ha hablado de ella que creo, que
involuntariamente, me obsesioné con encontrarla. Nunca la veía. El
año pasado me fui a vivir a Manzanera, en ocasiones voy a Teruel
(capital) o a Mora a buscar pescado o productos de limpieza, aquel
día iba con Lucía y cuando no conduzco tengo la costumbre de mirar
por la ventana del coche y entonces fue cuando divisé en la lejanía,
ya llegando a Mora, un montón de boletus gordísimos, al volver
paramos y su sombrero de color rosa y pie amarillo me dijo que había
encontrado el tan ansiado boleto, los había a cientos, sanísimos y
abandonados. Nadie recolecta esta seta por la zona. Cogí tres para
analizarlos y después de darle mil vueltas y comprobar que azuleaban
un poco y dada la lejanía de Miguel del Xoco, no me atreví a
catarlos, como es normal si no estás seguro al 100% de lo que
recoges. Durante casi un mes fui viendo la floración de aquellos
impresionantes Boletus. Dado sus características, en la lejanía del
tiempo (hace un año que los vi), ahora pienso que eran los
pseudoregius. Creo. Al respecto de lo de recolectar setas que no
conoces bien, el otro día leí un escrito muy antiguo del Dr. Font i
Quer (1888 a 1964, botánico, farmacéutico y químico que pasó su
infancia en Manresa y que aparte del instituto y plantas, varias
setas llevan sus apellidos, por ejemplo la Russula Font-Queri, cosa
nada frecuente lo de apellidar setas para alguien de la península)
que decía: - Ningún catalán micófago aceptará ninguna regla para
distinguir las setas buenas de las malas. Si no es un incauto, nadie
se fía de las setas que no conoce. Estos conocimientos se han
conseguido por una afición de origen remoto que no puede
improvisarse - . Aconsejo leer sobre este señor, un tipo muy
interesante.
Boletus
regius Krombholz- Es un
exelente comestible (según Andrés y unos cuantos más que incluso lo incluyen en el grupo de los 4 súper Boletus). Su sombrero
puede llegar a medir hasta
15cm, primero globoso, después convexo y al final plano convexo.
Cutícula fácilmente
separable, fina, con textura aterciopelada de color
rosa fuerte, más pálido en tiempo seco. Tubos de
color amarillo vivo y fáciles de separar, con la madurez se tornan
verdosos y en ocasiones azulean ligeramente (sobre lo del azulear hay
varias versiones en lo que he leído). Pie
robusto, engrosado en la parte inferior, amarillo vivo, recubierto de
una retícula (como hilos entrecruzados) amarilla, la base suele
estar manchada de un color rojizo. Carne
firme, en la madurez se ablanda, amarillo al corte, rosa bajo la
cutícula, rojizo en la base del pie, olor y sabor agradable. Crece
en verano y principios de otoño en bosques de frondosas. No es una
seta muy común. Se puede confundir con el Boletus pseudoregius, que
es buen comestible, la tonalidad del sombrero es menos vivo y ya
enrojece a mitad del pie. Azulea al corte y los poros al presionarlos
también. El pseudoregius es aún menos frecuente que el regius.
Recuerda
que hay setas mortales y otras muchas muy tóxicas. Si no conoces
bien la seta que tienes delante no la recolectes (en todo caso
sepáralas de las que sepas que son comestibles) y sobre todo no te
la comas. Cuida bien lo que recoges, la mayoría de las
intoxicaciones por setas son debidas a la ingestión de ejemplares de
setas comestibles en mal estado. Si quieres aprender más sobre
nuevas especies, coge 3 ejemplares enteros (de distintos tamaños) de
las setas que no conozcas y mételas en papel de plata (evita que se
junten con las setas seguras que llevas en la cesta) y muéstraselas
a un experto (llévalas a una asociación micológica). No salgas
solo al bosque. Lleva el móvil con carga. El mercado suele ser un
lugar seguro donde conseguir seticas.