lunes, 31 de agosto de 2015

Boletus regius



En verano son muchas las setas termófilas, estas que salen pocos días después de las lluvias, para que aparezcan se tiene que dar una tormenta generosa y después temperaturas también generosas. La verdad es que estamos en un año muy bueno para la recolección de setas veraniegas. Yo sólo he salido un día y a toro pasado, pero todo y con esto encontré: aereus (unos pocos sanos y otros ya muy blandos), una veintena de Amanitas de los césares, Macrolepiota procera vi varias, pero dada su dificultad para conservarlas y su tamaño sólo cogí 3, lo que más recolecté fueron cibarius (una de mis setas favoritas). Al día siguiente fui al Xoco (restaurante de la C/ Doctor Horno, Zaragoza) a enseñarle a Miguel (mi maestro setero de confianza) una rareza que se dio en el sombrero de dos de los cibarius que había recolectado y él me mostró una amanita caesarea albina, en realidad tenía dos, es exactamente igual en forma y tamaño que la naranja y oro, pero totalmente blanca (yo no me la comería), por muy caesarea que sea, por nada del mundo me comería, conscientemente, una amanita de color blanco. También me enseñó unos Boletus regius que había recolectado y me dio una master clase sobre ellos, entonces se me pusieron los pelos de punta, argggggg, prufff, ññññññ, esas fueron más o menos mis reacciones al verlos, después se me pasó. Os cuento el porque.

La historia de los Boletus regius del señor Andrés.
Conozco un señor de avanzada edad que siempre me da la brasa con una seta que en una ocasión comió y le pareció... Hace muchos, muchos años... Andrés no tenía ni idea de setas, como marcaba la tradición del lugar sólo recolectaba robellones, dada su singular destreza para recolectar nunca llenaba la cesta, pero él seguía saliendo día tras día con la cestita que había heredado de su abuelo, el cual fue un afamado rebollonero, pero Andrés no recibió su gen recolector (el gen del abuelo), quizá debido a su abrumadora talla corporal que le alejaba mucho del suelo. Una mañana estaba en la parte baja del bosque de Las Blancas intentando descubrir donde se escondían los Lactarius, a más altura se encontraba el señor Francisco, un gran setero. Francisco agazapado en la lejanía observaba la notoria torpeza de aquel joven para encontrar las setas naranjas, el señor se apiadó de él y por la tarde ya en Jaca buscó a Andrés y se hizo el encontradizo, le sacó el tema de las setas, Andrés se entusiasmó con el tema - nunca hubiese imaginado que alguien supiese de la existencia de tantas especies comestible - Al día siguiente, Francisco se lo llevó a por setas y así muchos días, pero Andrés seguía sin progresar en el asunto. Francisco era feliz viendo al joven recolectar y recolectar. Aquella mañana de finales de verano fue la última vez que se vieron, ya que Francisco desapareció aquel mismo día sin dejar rastro, fueron a un lugar que nunca habían estado y llenaron las cestas de unos Boletus rosados y pie amarillo. Andrés se fue a casa con el botín y se los cocinó, nunca había probado nada igual y jamás volvió a toparse con esta seta, ni siquiera fue capaz de encontrar el lugar donde Francisco le llevó aquel mes de septiembre de 1982. Esta historia se la he oído contar mil veces, siempre insistiendo que aquellas han sido las más deliciosas setas que jamás ha probado. El Boletus regius. En alguna ocasión me lo he llevado a buscar setas (al señor Andrés, ya de extensa edad) y siempre me cuenta sobre lo maravillosa que es esta seta, tantas veces me ha hablado de ella que creo, que involuntariamente, me obsesioné con encontrarla. Nunca la veía. El año pasado me fui a vivir a Manzanera, en ocasiones voy a Teruel (capital) o a Mora a buscar pescado o productos de limpieza, aquel día iba con Lucía y cuando no conduzco tengo la costumbre de mirar por la ventana del coche y entonces fue cuando divisé en la lejanía, ya llegando a Mora, un montón de boletus gordísimos, al volver paramos y su sombrero de color rosa y pie amarillo me dijo que había encontrado el tan ansiado boleto, los había a cientos, sanísimos y abandonados. Nadie recolecta esta seta por la zona. Cogí tres para analizarlos y después de darle mil vueltas y comprobar que azuleaban un poco y dada la lejanía de Miguel del Xoco, no me atreví a catarlos, como es normal si no estás seguro al 100% de lo que recoges. Durante casi un mes fui viendo la floración de aquellos impresionantes Boletus. Dado sus características, en la lejanía del tiempo (hace un año que los vi), ahora pienso que eran los pseudoregius. Creo. Al respecto de lo de recolectar setas que no conoces bien, el otro día leí un escrito muy antiguo del Dr. Font i Quer (1888 a 1964, botánico, farmacéutico y químico que pasó su infancia en Manresa y que aparte del instituto y plantas, varias setas llevan sus apellidos, por ejemplo la Russula Font-Queri, cosa nada frecuente lo de apellidar setas para alguien de la península) que decía: - Ningún catalán micófago aceptará ninguna regla para distinguir las setas buenas de las malas. Si no es un incauto, nadie se fía de las setas que no conoce. Estos conocimientos se han conseguido por una afición de origen remoto que no puede improvisarse - . Aconsejo leer sobre este señor, un tipo muy interesante.

Boletus regius Krombholz- Es un exelente comestible (según Andrés y unos cuantos más que incluso lo incluyen en el grupo de los 4 súper Boletus). Su sombrero puede llegar a medir hasta 15cm, primero globoso, después convexo y al final plano convexo. Cutícula fácilmente separable, fina, con textura aterciopelada de color rosa fuerte, más pálido en tiempo seco. Tubos de color amarillo vivo y fáciles de separar, con la madurez se tornan verdosos y en ocasiones azulean ligeramente (sobre lo del azulear hay varias versiones en lo que he leído). Pie robusto, engrosado en la parte inferior, amarillo vivo, recubierto de una retícula (como hilos entrecruzados) amarilla, la base suele estar manchada de un color rojizo. Carne firme, en la madurez se ablanda, amarillo al corte, rosa bajo la cutícula, rojizo en la base del pie, olor y sabor agradable. Crece en verano y principios de otoño en bosques de frondosas. No es una seta muy común. Se puede confundir con el Boletus pseudoregius, que es buen comestible, la tonalidad del sombrero es menos vivo y ya enrojece a mitad del pie. Azulea al corte y los poros al presionarlos también. El pseudoregius es aún menos frecuente que el regius.


Recuerda que hay setas mortales y otras muchas muy tóxicas. Si no conoces bien la seta que tienes delante no la recolectes (en todo caso sepáralas de las que sepas que son comestibles) y sobre todo no te la comas. Cuida bien lo que recoges, la mayoría de las intoxicaciones por setas son debidas a la ingestión de ejemplares de setas comestibles en mal estado. Si quieres aprender más sobre nuevas especies, coge 3 ejemplares enteros (de distintos tamaños) de las setas que no conozcas y mételas en papel de plata (evita que se junten con las setas seguras que llevas en la cesta) y muéstraselas a un experto (llévalas a una asociación micológica). No salgas solo al bosque. Lleva el móvil con carga. El mercado suele ser un lugar seguro donde conseguir seticas. 

martes, 25 de agosto de 2015

RECOLECTANDO








Dada la eclosión de aereus, cibarius, macrolepiotas, regius, caesareas y …. no tengo tiempo de escribir, dentro de unos días te comento cosicas.
Un beso.

lunes, 17 de agosto de 2015

Amanita caesarea y carpaccio





Aunque este año ni siquiera he ido a ver si han salido, te voy a dejar una estupenda receta. Puede ser que en algún lugar alguien haya tenido la suerte de recolectarlas, cualquier día de estos el bosque se llenará de ellas (creo), es una seta que me gusta mucho y de la cual te alegras un montón cuando la ves, su color anaranjado y sus láminas de color oro las hace inconfundibles. La Amanita caesarea no es una seta de un sabor intenso como puedan ser los boletus o perrechicos, pero su textura es verdaderamente muy fina, muy agradable. Está considerada, por muchos, la reina de las setas, pero dado su sutil sabor hay gente que ve exagerado este título, pero está claro que es una de las setas más buscadas desde hace siglos. He tenido la suerte de haber vivido en lugares donde los veranos tormentosos me han dado la oportunidad de recolectarla con fluidez. No me alargo más, os dejo la receta.

Carpaccio de Amanita caesarea con aguacate y vinagreta.

Unos 200 ó 300 gramos de Amanita caesarea, medio aguacate maduro (nunca verde). Vinagreta: medio vaso de aceite, una cucharada de un vinagre de jerez, unas hojas de rúcula fresca y una cucharada de un jerez seco (opcional), sal y pimienta, mete todo en la batidora y lo bates bien.
Lava las amanitas, córtalas en láminas finas (no super finas) y colócalas en un plato o fuente bonita de tu agrado (se lo merece), con la punta de una cuchara sacas unas 20 bolitas de aguacate (muy pequeñitas, tamaño garbanzo pequeño) y las repartes sobre las setas y al final añades la cantidad de vinagreta que creas conveniente. Deja que repose 5 minutos y sirves. Recuerda que las recetas que muestro siempre son para dos.

Amanita caesarea: Es una seta que cuando sale lo suele hacer abundantemente, compartiendo en muchas ocasiones hábitat con Boletus aereus y cibarius. Su lugar son los bosques de robles, castaños y encinas, normalmente sobre suelos ácidos, pero sé de gente que las ha recolectado en suelos neutros, incluso calcáreo (yo siempre en suelos ácidos), España es un lugar ideal para encontrarla. La temporada suele ser de finales de agosto hasta octubre, después de fuertes tormentas seguidas de temperaturas elevadas. El tamaño es muy variable, su sombrero puede alcanzar hasta lo 20 cm y unos 15 cm de altura. El sombrero primero está dentro de una volva membranosa de color blanco donde deja ver parte del sombrero o no, en esta fase (huevo) es de forma ovoidal, al salir es hemisférico, después convexo y al final plano convexo. Su margen es estriado. La cutícula o superficie es lisa y brillante, en ocasiones con restos de velo de color blanco. Su color varía, se puede ver de naranja amarillento hasta un naranja metálico muy característico. Las láminas apretadas, finas, anchas y extremadamente frágiles de color amarillo oro (esta característica es muy importante ya que es la única amanita que tiene las láminas amarillas). El pie varía de los 3 a los 15 cm, en un principio lleno, más tarde hueco del mismo color que las láminas, con un anillo amplio y estriado. Carne amarillenta, firme pero frágil que se pudre con facilidad, olor y sabor poco apreciable, en todo caso tirando a dulce. Confusiones: se podría llegar a confundir con la Amanita muscaria pero, esta tiene las láminas blancas. Estamos hablando de amanitas que es la familia de setas que más muertes genera, por lo que particularmente recomiendo tener claras todas sus características a la hora de recolectarlas. Sobre todo el color del sombrero con su margen estriado y que las láminas y el pie sean amarillos. Yo es la única Amanita que recolecto.


Recuerda que hay setas mortales y otras muchas muy tóxicas. Si no conoces bien la seta que tienes delante no la recolectes (en todo caso sepáralas de las que sepas que son comestibles) y sobre todo no te la comas. Cuida bien lo que recoges, la mayoría de las intoxicaciones por setas son debidas a la ingestión de ejemplares de setas comestibles en mal estado. Si quieres aprender más sobre nuevas especies, coge 3 ejemplares enteros (de distintos tamaños) de las setas que no conozcas y mételas en papel de plata (evita que se junten con las setas seguras que llevas en la cesta) y muéstraselas a un experto (llévalas a una asociación micológica). No salgas solo al bosque. Lleva el móvil con carga. El mercado suele ser un lugar seguro donde conseguir seticas.


lunes, 3 de agosto de 2015

Tricoloma portentosum (descongeladas) con gambón



Aún vivió Pla para ver desde la más sarcástica melancolía cómo los congeladores destruían la lógica alimentaria de las estaciones, dicho de otra manera, en los últimos años de Pla, los guisantes ya poco tenían que ver con la primavera y los bogavantes llegaban desde África a las mesas catalanas después del doble holocausto de la pesca industrial y de la congelación.
(fragmento del prólogo escrito por Manuel Vázquez Montalbán que abre el libro lo que hemos comido de Josep Pla ).

Yo siempre intento comer producto de temporada (y si es ecológico, mejor), creo que es más natural y está mucho mejor (salud y paladar). Por eso, cuando cuelgo recetas, normalmente, intento utilizar productos de temporada (tanto las setas como lo que las acompaña).
También pienso que la prisa, en la cocina, es algo que se está imponiendo y  no es una buena compañera. Todo precisa de su tiempo de cocción (y en muchas ocasiones éste es a fuego lento) además de cariño. Hoy, por ejemplo, mientras escribo esto, he puesto a cocer unos garbanzos y eso como poco son 10 minutos a fuego fuerte (con su agua de calidad), retirarlos, cambiarles el agua y dejarlos 2 horas a fuego lento. Uff, que me lío, que me voy del tema de hoy.
Claro que en alguna ocasión he hablado de su conservación (de las setas) y si se conservan es para poder consumirlas fuera de temporada. 
Ayer buscando en el congelador vi que tenía unas portentosum congeladicas y esta noche voy a cocinármelas junto a unas cigalillas o gambas gordicas. Por primera vez cuelgo en el blog una receta que nunca he hecho, pero es que le tengo mucha fe y por eso he decidido colgarla antes de degustarla en la cena romántica que tendrá lugar en mi casita del bosque esta misma noche. Ji. Que me vuelvo a liar. Creo. La descripción de las portentosum la obvio, escribiré sobre ellas cuando empiecen a salir por allá a finales de noviembre. Me líooooooo. Al grano, la receta.

Tricoloma portentosum (descongeladas) con gambón:

200 g de portentosum descongeladas, 4 gambones, 1 diente de ajo, 1 cebolla medianopequeña, ¼ vaso de jerez seco, 1 cucharada pequeña ghee o mantequilla, aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta.
Pelas los gambones (excepto el extremo de la cola) y guardas las cabezas, cortas el ajo en láminas muy finas y la cebolla en rodajas.
En una sartén con aceite rehogas el ajo, cuando coja un pelín de color agregas la cebolla, cuando esté transparente lo retiras todo.
En la misma sartén agregas el ghee y sofríes la cabeza de los gambones aplastando las cabezas para que suelten todo su jugo. Sube el fuego y vierte el Jerez. Deja que reduzca. Baja el fuego y retira las cabezas, agrega las setas y las colas de las cigalas peladas, pones sal y pimienta a tu gusto, tapas la sartén y dejas unos minutos. Destapas la sartén y subes el fuego al máximo unos 20 segundos.
Es algo complicado pillar el punto a los gambones, aconsejo no hacerlos demasiado, si te pasas pierde su punto de textura óptimo y sabor. Creo.
Puedes utilizar cualquier otra Tricoloma que tengas congelada u otro tipo de crustáceo.
Para hacer esta receta con setas frescas (negrillas o portemntosum), tienes que ponerlas junto al ajo y cuando las setas hayan reabsorbido toda su agua agregas la cebolla y cuando esté transparente, retiras todo y sigues la recetas tal cual desde este punto. Ya.
Descongelar las setas con antelación, en la nevera, lentamente. Ciao.

Recuerda que hay setas mortales y otras muchas muy tóxicas. Si no conoces bien la seta que tienes delante no la recolectes (en todo caso sepáralas de las que sepas que son comestibles) y sobre todo no te la comas. Cuida bien lo que recoges, la mayoría de las intoxicaciones por setas son debidas a la ingestión de ejemplares de setas comestibles en mal estado. Si quieres aprender más sobre nuevas especies, coge 3 ejemplares enteros (de distintos tamaños) de las setas que no conozcas y mételas en papel de plata (evita que se junten con las setas seguras que llevas en la cesta) y muéstraselas a un experto (llévalas a una asociación micológica). No salgas solo al bosque. Lleva el móvil con carga. El mercado suele ser un lugar seguro donde conseguir seticas.