Yo
también soy un buscador. Me gusta lo de las setas por su
simplicidad: buscas y encuentras. Mis otras búsquedas, la mayoría
de ellas, no obtienen premio, cosa que no me importa demasiado,
porque lo interesante es la búsqueda, disfruto de ella. Pero la
realidad es que, de vez en cuando, me gusta encontrar lo que busco y
ahí es cuando me interno en el bosque.
Vivo en medio de un bosque en Manzanera. Aquí escribiré sobre mis experiencias setiles, esto abarcará un amplio espectro que va desde recetas a cómo identificarlas o dónde encontrarlas, cómo recolectarlas, etc. Intentaré ir hablando de especies que puedas encontrar en el momento que publique el artículo, o sea que si hablo de una seta puedas salir de casa y encontrarla en ese mismo día. Creo. Vamos que espero poder servite de ayuda. Uff. Un beso.
domingo, 30 de septiembre de 2012
lunes, 24 de septiembre de 2012
LA SETA DE CHOPO (Agrocybe aegerita )
Agrocybe aegerita o seta de chopo. Fotos, Felipe Trompeta
Beams Of Heaven, Don Byron, clarinete, D.K. Dyson, voz, Xavier Davis, Piano, voz, Brad Jones, contrabajo y Pheeroan Aklaff, batería.
Es
bonito pasear. Cuando no puedo hacerlo por el monte lo hago por la
ciudad. Por la ciudad también tengo mis cados, en realidad no sirven
de mucho, ya que está lleno de perros (qué recuerdos) y los perros
hacen pipí y lo dejan frecuentemente en jardines o en los huecos de
los árboles, y justamente es en estos sitios donde se encuentran.
Es
divertido salir camuflado. En ocasiones salgo sin afeitarme, me quito
toda la ropa y me voy a la calle haciéndome pasar por perro. No
creáis que esto es fácil, el aspecto me acompaña bastante, pero no
paso nada desapercibido. Primero porque actualmente es raro ver
perros solitarios, cosa ésta que me ha causado algún problema,
suerte que los de recogidas de perros son muy lentos (en acudir). El
otro tema que me impide pasar totalmente desapercibido es mi rareza,
aunque me he construido un morro sintético a partir de una
mascarilla de pintor, con su gomita y todo, parecido al de un cocker
americano, y eso me ha ayudado mucho. El mejor sitio para que la
gente no te vea como un marciano es el parque y, aún así, no es
fácil. Tengo que actuar, oler el culo de otros perros, qué asco (me
salva el morro de atrezzo, al ser una mascarilla, me evita el contacto
y los olores), en ocasiones olisqueo incluso los pies de personas que
pasan por ahí (depende), también me pongo a lamerlos y si el
“depende” es de mi gusto, me excito y no puedo parar, esto me ha
valido más de una patada en los morros, lo malo de esto es cuando se
desprende mi hocico sintético de cocker y tengo que disimular
revolcándome para volver a ajustarlo, eso le da la oportunidad al
lamido (si es violento) a volverme a atizar. Guau. En estos amables
paseos, tanto si son como humano (Felipe) o como perro (Flexo),
siempre miro al suelo y encuentro séticas.
La semana pasada estaba lleno de Agrocybe aegerita o seta de chopo. Es una seta muy rica (sólo se come el sombrero, el pie es pura fibra), el sombrero puede llegar a medir unos 15 cm. de diámetro, primero es de un color marrón oscuro muy bonito, con la edad se va volviendo marrón muy claro, beige. El pie es delgaducho y muy fibroso, con un anillo o un velo que tapa las láminas. Las láminas son casi blancas o blancas y con la edad oscurecen. Siempre sale en grupos después de las lluvias en los troncos de los chopos viejos, yo las he visto durante casi todo el año. Están ricas. Las de la ciudad, yo no las cojo ni recomiendo su recolección, están demasiado expuestas (perros, gatos, humos de coches, fábricas, pesticidas y humanos meones).
La semana pasada estaba lleno de Agrocybe aegerita o seta de chopo. Es una seta muy rica (sólo se come el sombrero, el pie es pura fibra), el sombrero puede llegar a medir unos 15 cm. de diámetro, primero es de un color marrón oscuro muy bonito, con la edad se va volviendo marrón muy claro, beige. El pie es delgaducho y muy fibroso, con un anillo o un velo que tapa las láminas. Las láminas son casi blancas o blancas y con la edad oscurecen. Siempre sale en grupos después de las lluvias en los troncos de los chopos viejos, yo las he visto durante casi todo el año. Están ricas. Las de la ciudad, yo no las cojo ni recomiendo su recolección, están demasiado expuestas (perros, gatos, humos de coches, fábricas, pesticidas y humanos meones).
Nunca
recolectar y menos comer setas que no conozcas.
Puedes
recolectar separando las especies en paquetitos de papel de plata
(nunca plástico, si es posible 3 ejemplares de distinto tamaño de
cada especie) y después llevarlas a un lugar con especialistas y así
ir aprendiendo. Asegúrate que el especialista lo es de
verdad ya que tu vida va en ello.
El
lugar más adecuado para llevar y aprender de setas es cualquier
asociación micológica.
A mí, la persona que más me ha enseñado del tema es Miguel del
restaurante el Txoco en la calle Dr. Horno de Zaragoza. Total
garantía, un gran experto. Mientas te tomas un vinito, él, si no
está superocupado, te atenderá y explicará con entusiasmo y
sabiduría (el experto es el cocinero).
domingo, 2 de septiembre de 2012
PERDÓNAME
Foto de Agaricus arvensis por Felipe Trompeta de la Muerte. Es un champiñón con marcado olor a almendra o anís. Se puede confundir con el tóxico A. xanthoderna con olor a tinta o yodo. Ambos amarillean. Los champiñones nunca tienen las láminas blancas y se pueden confundir facilmente con amanitas MORTALES. Nunca fiarse del aspecto del sombrero o pie, la base de la información está en sus láminas que siempre son rosas u oscuras, otra característica de varios de los comestibles es que huelen a anís o almendras amargas. Yo no aconsejo recolectar champiñones si no eres un verdadero experto, la muerte se puede esconder en él.
Nunca recolectar setas de las que no estés totalmente seguro de su comestibilidad y entre todas ellas, el champiñón la pondría entre las más peligrosas junto con otras setas blancas.
La música es el tema de McCartney, The long and winding road, interpretado por Thierry Lang, piano, Heiri Känzin, contrabajo y Marcel Papaux a la batería.
Siempre
te he querido como a un champiñón silvestre, siempre te he adorado
y siempre te he querido comer. Ya sé que tú no estás por la labor,
sé que te has enfadado y parece que en esta ocasión no vas a
perdonarme. Nunca sé ver si eres un campestris, arvensis,
bitorquis o el tóxico xanthoderma. Siempre eres peligroso (para mí),
nunca sé ver si hoy eres delicioso o tóxico. No te identifico. El
otro día te quise comer y eras el xanthoderma, mi error fue pensar
que eras el arvensis, por eso te molesté y por eso tu toxicidad se
acumuló en mi sangre (seguro que olías a tinta). He pasado el
tratamiento sanador y estoy seguro de haber aprendido la lección. Te
quiero y quiero que me perdones. No volveré a molestarte, pasaré
por tu lado sin ni siquiera mirarte, sólo quiero sentir tu
presencia, tu olor a almendras, con esto me conformo. No volveré a
analizarte, no volveré a comer champiñones silvestres.
PERDÓNAME.
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