No
sé por qué se llama pie azul, ya que no tiene nada azul; se tendría
que llamar pie violeta (claro que este nombre ya lo tiene otra seta)
o mejor, la seta violeta o mejor aún, seta de láminas violeta. Es
una seta preciosa, de un color violeta muy intenso cuando es joven
(la silvestre); poco a poco, el sombrero se va poniendo de color
parduzco, pero las láminas siguen manteniendo el precioso color
violeta; finalmente, también sus láminas se van volviendo de color
pardo (yo sólo las cojo cuando las láminas aún están violetas,
esto me lo enseñó Lucía. En realidad, selecciono mucho las setas
que recolecto; tengo un amigo, al cual le regalo setas, que siempre
me dice que no hace falta que le elija las más bonitas, siempre le
contesto que son las que cogemos, creo que no acaba de creérselo).
Realmente, es una seta prácticamente inconfundible.
Para
identificar correctamente las setas, hay que saber de ellas varias
cosas, cuantas más características conozcas mejor. Cuando ves en el
bosque una seta que crees conocer, sin prisa y sin avaricia, hay que
observarla bien e intentar ver todas las características que conoces
de ella y así asegurarte de que es la que conoces. Darse por
satisfecho y dar por concluida la identificación de una seta mirando
sólo el sombrero es un error que te puede llevar a la muerte o a una
intoxicación grave. El sombrero posiblemente sea la parte de la seta
que te dice menos de ella, simplemente es la parte de la seta que
primero ves, por
favor nunca pensar que una seta es una u otra sólo fijándose en el
sombrero.
El
Pie Azul
(Lepista nuda). Lo primero que hay que saber, es que es
una seta tóxica en crudo,
por lo cual siempre hay que cocinarla bien. Además, su pie es muy
fibroso, por esta causa no es apto para el consumo humano (los
animales se lo zampan todo, algunos humanos también). Suele salir en
familias muy grandes, normalmente en círculos, aunque también en
hileras. Soporta muy bien las bajas temperaturas y cuando empieza a
bajar el termómetro es cuando más actividad tiene, aunque en
ocasiones la he encontrado antes de los fríos otoñales. El sombrero
se puede hacer de un tamaño bastante grande, en un principio tiene
forma de paraguas y después se extiende, el borde suele estar
enrollado, en un principio violeta y después pardo, en tiempos de
lluvia la seta se autofabrica un canal para desaguar. Las láminas
(lo de debajo del sombrero), son lilas, después parduzcas, el pie es
de un color lila un poco más claro y con unas fibrillas de color
plateado o blanco en forma vertical. Si la arrancas entera, verás
que al final del pie, lo que se esconde debajo de la tierra, es algo
más gordo y además se lleva consigo parte del micelio. Está bien
arrancarla entera (si no estás seguro que sea un pie azul), con
cuidado, para asegurarte y así poder ver una característica más de
la seta. En ocasiones, al
cortar el pie, verás en él unos agujeros que te pueden recordar los
que hacen los gusanos, pero np lo son, esto es otra característica de esta
seta. Su olor es muy perfumado, en ocasiones (tanto Lucía como yo)
hemos olido las setas antes de verlas, ese perfume tan intenso es lo
que la hace especial y diferente, pero a su vez también es lo que
hace que haya gente a la que le resulta demasiado empalagosa. Sale
tanto en pino como en roble. Si la observas bien es casi imposible de
confundir, hay muchas setas de color violeta de menor tamaño y
frágiles, también hay un par de Cortinarius que son de tamaño
parecido y de láminas violeta que se puede confundir, pero éstas tienen el final del pie de forma cónica y tienen sobre las láminas un
velo en forma de tela de araña (éstas tampoco es tóxica pero no merece la pena), pero las
setas con velo siempre me dan mal rollo (en ocasiones, el velo se lo
ha llevado el agua), pero estas setas de las que hablo no tienen el
característico olor perfumado que te regala el pie azul.
Cocinarla.
Es fantástica, se puede tomar frita, estofada o a la plancha. Yo las
hice una vez con manitas de cerdo y pegan muy bien. Una receta de
Antonio Carluccio: 200 gramos de shitakes frescos, 150 de pie azul,
650 gramos de calamares, 6 cucharadas de aceite de maiz, 1 cucharada
de aceite de cacahuete, 4 dientes de ajos picados, unas cebollas
tiernas bien picadas, 45 gramos de jengibre rallado, una guindilla
fresca picada, 1 cuchara de salsa de soja, 1 cucharada de vinagre de
arros, 2 cucharadas de cilantro picado y un poco de zumo de lima.
Trocear los calamares, en un wok o sartén se calientan los aceites
(si sólo tienes de oliva también vale), salteas el ajo, la cebolla,
el jengibre, y la guindilla, sin dejar de remover. Añades las setas
y lo cueces durante 2 minutos. Añadir el calamar, cocinarlo 2 ó 3
minutos, la salsa de soja, el vinagre de arroz, y el zumo de lima.
Saltearlo todo sin dejar de remover durante 2 minutos más. Poner sal
al gusto y el cilantro. Si lo quieres más líquido puedes añadir un
poco de caldo de pastilla. Lucía en una ocasión hizo mermelada de
esta seta, curiosa y buenísima (Lucía, te quiero).
Conservarla.
Esta
seta (sólo los sombreros), como muchas otras, la puedes hacer un
poco en la sartén, cuando haya soltado el agua, la retiras, la dejas
enfriar y a congelar. A mí particularmente, me interesa mucho el
tema del secado y el pie azul se presta bien al tema, por lo que
también puedes optar por secar los sombreros, extendiéndolos en un
sitio seco, o colgándolos de hilos en el techo, procura que no se
toquen unos con otros y, si las setas son muy grandes, cortar en
trocitos.
Hablo
de esta seta porque el otro día la vi en el mercado de Valencia, es
una seta que ya hace años que se cultiva, pero, por desgracia no es
fácil de encontrar en el mercado español. La cultivada tiene un
color más pálido, yo no la he probado pero me han dicho que está
riquísima.
Recuerda
que hay setas mortales y otras muchas muy tóxicas. Si no conoces
bien la seta que tienes delante no la recolectes y sobre todo no te
la comas. Cuida bien lo que recolectes, la mayoría de las
intoxicaciones por setas son debidas a la ingestión de ejemplares de setas comestibles en
mal estado. Si quieres aprender más sobre
nuevas especies, coge 3 ejemplares (de distintos tamaños) de las
setas que no conozcas y mételas en papel de plata (evita que se
junten con las setas seguras que llevas en la cesta) y muéstraselas
a un experto (llévalas a una asociación micológica). No salgas
solo al bosque. Lleva el móvil con carga.