miércoles, 5 de diciembre de 2012

PIE AZUL

Foto hecha por Felipe Trompeta de unos pie azules, final de verano en Bielsa.


No sé por qué se llama pie azul, ya que no tiene nada azul; se tendría que llamar pie violeta (claro que este nombre ya lo tiene otra seta) o mejor, la seta violeta o mejor aún, seta de láminas violeta. Es una seta preciosa, de un color violeta muy intenso cuando es joven; poco a poco, el sombrero se va poniendo de color parduzco, pero las láminas siguen manteniendo el precioso color violeta; finalmente, también sus láminas se van volviendo de color pardo (yo sólo las cojo cuando las láminas aún están violetas, esto me lo enseñó Lucía. En realidad, selecciono mucho las setas que recolecto; tengo un amigo, al cual le regalo setas, que siempre me dice que no hace falta que le elija las más bonitas, siempre le contesto que son las que cogemos, creo que no acaba de creérselo). Realmente, es una seta prácticamente inconfundible.
Para identificar correctamente las setas, hay que saber de ellas varias cosas, cuantas más características conozcas mejor. Cuando ves en el bosque una seta que crees conocer, sin prisa y sin avaricia, hay que observarla bien e intentar ver todas las características que conoces de ella y así asegurarte de que es la que conoces. Darse por satisfecho y dar por concluída la identificación de una seta mirando sólo el sombrero es un error que te puede llevar a la muerte o a una intoxicación grave. El sombrero posiblemente sea la parte de la seta que te dice menos de ella, simplemente es la parte de la seta que primero ves, por favor nunca pensar que una seta es una u otra sólo fijándose en el sombrero.
El Pie Azul ( Lepista nuda). Lo primero que hay que saber, es que es una seta tóxica en crudo, por lo cual siempre hay que cocinarla bien. Además, su pie es muy fibroso, por esta causa no es apto para el consumo humano (los animales se lo zampan todo, algunos humanos también). Suele salir en familias muy grandes, normalmente en círculos, aunque también en hileras. Soporta muy bien las bajas temperaturas y cuando empieza a bajar el termómetro es cuando más actividad tiene, en ocasiones la he encontrado antes de los fríos otoñales. El sombrero se puede hacer de un tamaño bastante grande, en un principio tiene forma de paraguas y después se extiende, el borde suele estar enrollado, en un principio violeta y después pardo, en tiempos de lluvia la seta se autofabrica un canal para desaguar. Las láminas (lo de debajo del sombrero), son lilas, después parduzcas, el pie es de un color lila un poco más claro y con unas fibrillas de color plateado o blanco en forma vertical. Si la arrancas entera, verás que al final del pie, lo que se esconde debajo de la tierra, es algo más gordo y además se lleva consigo parte del micelio. Está bien arrancarla entera, con cuidado, para asegurarte y así poder ver una característica más de la seta, tampoco es necesario hacerlo con todas ( yo la corto bastante arriba y dejo buena parte del pie en la tierra, claro que esto es dejar pruebas de tu recolección). En ocasiones, al cortar el pie, verás en él unos agujeros que te pueden recordar los que hacen los gusanos, pero esto es otra característica de esta seta. Su olor es muy perfumado, en ocasiones (tanto Lucía como yo) hemos olido las setas antes de verlas, ese perfume tan intenso es lo que la hace especial y diferente, pero a su vez también es lo que hace que haya gente a la que le resulta demasiado empalagosa. Sale tanto en pino como en roble, ahora hay muchas. Si la observas bien es casi imposible de confundir, hay muchas setas de color violeta de menor tamaño y frágiles (hay una teoría que dice que ninguna de ellas es tóxica, yo no me fío por si acaso), también hay una que es de tamaño parecido y de láminas violeta que se puede confundir, pero ésta tiene el final del pie de forma cónica y tiene sobre las láminas un velo en forma de tela de araña (ésta tampoco es tóxica), pero las setas con velo siempre me dan mal rollo (en ocasiones, el velo se lo ha llevado el agua) pero esta seta de la que hablo no tiene el característico olor perfumado que te regala el pie azul.
Cocinarla. Es fantástica, se puede tomar frita, estofada o a la plancha. Yo las hice una vez con manitas de cerdo y pegan muy bien. Una receta de Antonio Carluccio: 200 gramos de shitakes frescos, 150 de pie azul, 650 gramos de calamares, 6 cucharadas de aceite de maiz, 1 cucharada de aceite de cacahuete, 4 dientes de ajos picados, unas cebollas tiernas bien picadas, 45 gramos de jengibre rallado, una guindilla fresca picada, 1 cuchara de salsa de soja, 1 cucharada de vinagre de arros, 2 cucharadas de cilantro picado y un poco de zumo de lima. Trocear los calamares, en un wok o sartén se calientan los aceites (si sólo tienes de oliva también vale), salteas el ajo, la cebolla, el jengibre, y la guindilla, sin dejar de remover. Añades las setas y lo cueces durante 2 minutos. Añadir el calamar, cocinarlo 2 ó 3 minutos, la salsa de soja, el vinagre de arroz, y el zumo de lima. Saltearlo todo sin dejar de remover durante 2 minutos más. Poner sal al gusto y el cilantro. Si lo quieres más líquido puedes añadir un poco de caldo de pastilla. Lucía en una ocasión hizo mermelada de esta seta, curiosa y buenísima (Lucía, te quiero).
Conservarla. Esta seta (sólo los sombreros), como muchas otras, la puedes hacer un poco en la sartén, cuando haya soltado el agua, la retiras, la dejas enfriar y a congelar. Yo, todas las seta que congelo son a medio hacer y sin aliñar, cuando las descongelas las acabas de hacer, creo que es mejor. A mí particularmente, me interesa mucho el tema del secado y el pie azul se presta bien al tema, por lo que también puedes optar por secar los sombreros, extendiéndolos en un sitio seco, o colgándolos de hilos en el techo (como hacía mi abuela), procura que no se toquen unos con otros y, si las setas son muy grandes, cortar en trocitos.

lunes, 12 de noviembre de 2012

BOLETUS

Boletus aereus

Boletos. Qué ricos están, cocinados o crudos, me encantan, los quiero. Son casi imposible de confundir con setas tóxicas y eso, por sí solo, es atractivo. Hablo de los boletos de carne blanca inmutable, que son cuatro y son los boletos más preciados y de las setas más buscadas. El boletus tienen una característica que lo distingue de las demás setas: debajo del sombrero tienen una esponja (en realidad son unos tubos) en lugar de agujas o láminas. Los boletos de los que estoy hablado hoy son el edulis, el pinícola, el aereus y el aestivalis. Los cuatro tienen la esponja (tubos) de color blanco, aunque cuando envejecen se vuelve verde; esto sólo sucede con estos deliciosos y únicos boletos. Cuando los cortas, su carne es blanca y nunca cambia de color. Son casi imposible de confundir, dentro de los boletos son muy pocos los tóxicos. El Tylopilus felleus, que en ocasiones se confunde con el edulis, es amargo y, si lo metes por confusión en un guiso, te lo fastidia, pero no te envenena.
La controversia de cuál es el mejor, no la acabo de entender. Yo partiría de la base que esto lo marca mucho el estado de la seta, no es lo mismo un aereus blando que un pinícola compacto y fresco. A mí me gustan mucho los cuatro y me alegro cantidad cada vez que los encuentro. Estas setas también tienen otra ventaja y es que desde finales de primavera hasta finales de otoño se pueden recolectar, siempre que la meteorología sea favorable.

No recolectar ni comer setas que no conozcas o haya identificado un experto (si se las llevas a un experto, asegúrate que lo es, te va la vida en ello).

sábado, 6 de octubre de 2012

ARVENSIS.

 
 Al fin llegaron, ya están aquí, mi cálculo no ha fallado. De hecho, el día que vaticiné fue el siete, pero no puedo ir, por lo cual decidí ir el dos. Y cuál fue mi sorpresa al encontrar que todo ha empezado. Claro que no ha empezado en cualquier lugar, ha empezado en hdyeheijoihvh, que se encuentra en la carretera de kfgosigh; cuando llegas al desvío de oihgeh, lo coges y a hiuhge kilómetros verás una subida, justo a la salida del pueblo, marca hcehb, el cartel es claro, empiezas a subir y, cuando llegas a la hfogohe curva, verás un sitio donde aparcar, te metes al bosque y éxito seguro. Espero que disfrutéis, si cogéis arvensis (champiñones) aseguraros que huelan a anís o almendra amarga.
La semana que viene más.

Llevad las setas a un experto, o a una asociación micológica antes de consumirlas. Os va la vida en ello.

domingo, 30 de septiembre de 2012

EL BUSCADOR



Yo también soy un buscador. Me gusta lo de las setas por su simplicidad: buscas y encuentras. Mis otras búsquedas, la mayoría de ellas, no obtienen premio, cosa que no me importa demasiado, porque lo interesante es la búsqueda, disfruto de ella. Pero la realidad es que, de vez en cuando, me gusta encontrar lo que busco y ahí es cuando me interno en el bosque.

lunes, 24 de septiembre de 2012

LA SETA DE CHOPO (Agrocybe aegerita )

Agrocybe aegerita o seta de chopo. Fotos, Felipe Trompeta
Beams Of Heaven, Don Byron, clarinete, D.K. Dyson, voz, Xavier Davis, Piano, voz, Brad Jones, contrabajo y Pheeroan Aklaff, batería.


Es bonito pasear. Cuando no puedo hacerlo por el monte lo hago por la ciudad. Por la ciudad también tengo mis cados, en realidad no sirven de mucho, ya que está lleno de perros (qué recuerdos) y los perros hacen pipí y lo dejan frecuentemente en jardines o en los huecos de los árboles, y justamente es en estos sitios donde se encuentran.
Es divertido salir camuflado. En ocasiones salgo sin afeitarme, me quito toda la ropa y me voy a la calle haciéndome pasar por perro. No creáis que esto es fácil, el aspecto me acompaña bastante, pero no paso nada desapercibido. Primero porque actualmente es raro ver perros solitarios, cosa ésta que me ha causado algún problema, suerte que los de recogidas de perros son muy lentos (en acudir). El otro tema que me impide pasar totalmente desapercibido es mi rareza, aunque me he construido un morro sintético a partir de una mascarilla de pintor, con su gomita y todo, parecido al de un cocker americano, y eso me ha ayudado mucho. El mejor sitio para que la gente no te vea como un marciano es el parque y, aún así, no es fácil. Tengo que actuar, oler el culo de otros perros, qué asco (me salva el morro de atrezzo, al ser una mascarilla, me evita el contacto y los olores), en ocasiones olisqueo incluso los pies de personas que pasan por ahí (depende), también me pongo a lamerlos y si el “depende” es de mi gusto, me excito y no puedo parar, esto me ha valido más de una patada en los morros, lo malo de esto es cuando se desprende mi hocico sintético de cocker y tengo que disimular revolcándome para volver a ajustarlo, eso le da la oportunidad al lamido (si es violento) a volverme a atizar. Guau. En estos amables paseos, tanto si son como humano (Felipe) o como perro (Flexo), siempre miro al suelo y encuentro séticas. 
La semana pasada estaba lleno de Agrocybe aegerita o seta de chopo. Es una seta muy rica (sólo se come el sombrero, el pie es pura fibra), el sombrero puede llegar a medir unos 15 cm. de diámetro, primero es de un color marrón oscuro muy bonito, con la edad se va volviendo marrón muy claro, beige. El pie es delgaducho y muy fibroso, con un anillo o un velo que tapa las láminas. Las láminas son casi blancas o blancas y con la edad oscurecen. Siempre sale en grupos después de las lluvias en los troncos de los chopos viejos, yo las he visto durante casi todo el año. Están ricas. Las de la ciudad, yo no las cojo ni recomiendo su recolección, están demasiado expuestas (perros, gatos, humos de coches, fábricas, pesticidas y humanos meones).

Nunca recolectar y menos comer setas que no conozcas.
Puedes recolectar separando las especies en paquetitos de papel de plata (nunca plástico, si es posible 3 ejemplares de distinto tamaño de cada especie) y después llevarlas a un lugar con especialistas y así ir aprendiendo. Asegúrate que el especialista lo es de verdad ya que tu vida va en ello.
El lugar más adecuado para llevar y aprender de setas es cualquier asociación micológica.
A mí, la persona que más me ha enseñado del tema es Miguel del restaurante el Txoco en la calle Dr. Horno de Zaragoza. Total garantía, un gran experto. Mientas te tomas un vinito, él, si no está superocupado, te atenderá y explicará con entusiasmo y sabiduría (el experto es el cocinero).

domingo, 2 de septiembre de 2012

PERDÓNAME

Foto de Agaricus arvensis por Felipe Trompeta de la Muerte. Es un champiñón con marcado olor a almendra o anís. Se puede confundir con el tóxico A. xanthoderna con olor a tinta o yodo. Ambos amarillean. Los champiñones nunca tienen las láminas blancas y se pueden confundir facilmente con amanitas MORTALES. Nunca fiarse del aspecto del sombrero o pie, la base de la información está en sus láminas que siempre son rosas u oscuras, otra característica de varios de los comestibles es que huelen a anís o almendras amargas. Yo no aconsejo recolectar champiñones si no eres un verdadero experto, la muerte se puede esconder en él. 

Nunca recolectar setas de las que no estés totalmente seguro de su comestibilidad y entre todas ellas, el champiñón la pondría entre las más peligrosas junto con otras setas blancas.

La música es el tema de McCartney, The long and winding road, interpretado por Thierry Lang, piano, Heiri Känzin, contrabajo y Marcel Papaux a la batería.


Siempre te he querido como a un champiñón silvestre, siempre te he adorado y siempre te he querido comer. Ya sé que tú no estás por la labor, sé que te has enfadado y parece que en esta ocasión no vas a perdonarme. Nunca sé ver si eres un campestris, arvensis, bitorquis o el tóxico xanthoderma. Siempre eres peligroso (para mí), nunca sé ver si hoy eres delicioso o tóxico. No te identifico. El otro día te quise comer y eras el xanthoderma, mi error fue pensar que eras el arvensis, por eso te molesté y por eso tu toxicidad se acumuló en mi sangre (seguro que olías a tinta). He pasado el tratamiento sanador y estoy seguro de haber aprendido la lección. Te quiero y quiero que me perdones. No volveré a molestarte, pasaré por tu lado sin ni siquiera mirarte, sólo quiero sentir tu presencia, tu olor a almendras, con esto me conformo. No volveré a analizarte, no volveré a comer champiñones silvestres.
PERDÓNAME.

viernes, 24 de agosto de 2012

LA SETA NARANJA (Amanita caesarea)

Foto de Amanita caesarea
Audio, Horses, Frank Möbus, guitarra, Carlos Bica, contrabajo y Jim Black, batería.



Su color las delata, su color naranja metálico hace que se vean con cierta facilidad.
En ocasiones corre la voz y de repente un sitio se llena de buscadores, no voy a decir que se parezca a las ramblas, pero os puedo asegurar que no pasan diez minutos sin encontrarte a alguien. A mí también me llegó la voz y fui a probar suerte. Llegue al sitio, mi objetivo era encontrar la más preciada de la setas, nunca la había recolectado pero la conocía bien, es una amanita, se dice que era la seta preferida de los césares romanos, de ahí su nombre: caesarea, Amanita caesarea. Las amanitas son diversas y numerosas, cientos de ellas nos rodean y se encuentran en nuestros bosques, en su mayoría tóxicas o venenosas, todas ellas tienen los sombreros separables de los pies, “todas” ellas tienen las láminas y los pies blancos, con anillo y volva; estas características sirven para todas menos dos: la caesarea (laminas y pie amarillo) y la submembranacea (sin anillo). Las Amanitas tienen a su vez un récord en la estadísticas hospitalarias, son la especie de setas que más muertes produce, el 95% de muertes por ingestión de hongos, y eso sin contar las personas que se salvan y quedan enfermas de por vida o trasplantadas, un veneno mortal se esconde en el interior de muchas de ellas. Siempre achacan la mayoría de envenenamientos a la A. phalloides, y mi teoría es que no creo que toda la gente confunda esta seta con alguna comestible, yo pienso que son también culpables la A. verna o A. virosa, dos Amanitas igualmente mortales, confundibles con champiñones, he aquí el motivo de mi famoso consejo de ten cuidado con las setas blancas. Teniendo toda esta información me dispuse a buscar la comestible y suculenta Amanita naranja.
He de confesar un íntimo y escondido hasta ahora secreto y es que siempre voy con otra persona cuando salgo a recolectar, pero eso lo contaré brevemente, revelaré su identidad en la historia del día 30. El ir con otra persona cuando sales al monte, es importante, han sido muchos los casos de desaparición o de accidentes con final fatal por ir solo.
Bueno, estaba con ella y nos adentramos en el arbolado, todo estaba pisado, pero aún así conseguimos un par de boletus, yo salí al camino y ella detrás de mí (el ir por el camino no significa que no sigas mirando, de hecho hasta en Zaragoza voy mirando y os podría decir sitios donde salen setas), yo iba unos metros adelantado y, de repente, divisé un montón de puntitos naranjas, no las toqué, quería compartir aquella magnífica visión con mi compañera de recolección setil, le llamé con una sonrisa que delataba mi descubrimiento, le dije que se apresurara, con tanta gente no estaba el tema para distracciones, se acercó corriendo con este estilo peculiar que tiene, con su cestita,  su sonrisa y sus pechos saltarines, le susurré “aquí, agáchate”. Era un poema, una decena de setitas naranjas nos llamaban, nos mostraban su belleza por primera vez. De repente, un todo terreno. Nos sentamos en el borde del camino intentando tapar lo inocultable, disimulando y esperando que pasasen de largo, el potente coche se detuvo justo delante de nosotros, cuatro gordos, barbudo alguno y los demás sin afeitar, feos todos, nos preguntaron sobre la recolecta, nuestra respuesta (nos gusta llevar cestas con tapa) como casi siempre fue “no hemos encontrado nada, está todo muy pisado, parece que toda España haya pasado por aquí” y los tíos que no se iban y nuestro tesoro a nuestras espaldas; en este momento, si alguno de ellos las viese ¿cómo íbamos a decirles que las teníamos controladas? ¿si se baja uno del coche y empieza a recolectarlas? ¿con qué autoridad moral podrías decir que eran tuyas, que tú las habías visto antes y por no sé qué tontería estabas disimulando? supongo que viendo nuestras caras de pardillos y después de intentar ver a través de la tapa de mimbre, después de estirar el cuello en varias ocasiones, se fueron. Cuando ya no se veía el coche, nos metimos dentro del bosque y entonces empezó todo el ritual, el ritual que siempre hacemos, que siempre seguimos sea con la seta que sea, apalancar la seta con la navaja (hay varias setas que no las cortamos y os aseguro que no se daña nada), eso lo hacemos porque mucha de la información de las setas se encuentra en la base del pie, en el caso de las Amanitas es esencial, después tapamos el hueco, dimos la vuelta a la seta y nos mostró sus láminas doradas, signo inequívoco de que habíamos encontrado el tesoro (estando totalmente seguros de que nuestro hallazgo era el correcto y que no era otra seta que la tan ansiada A. caesarea, aún así al llegar a Zaragoza las llevamos al experto del restaurante Txoco de la calle Dr. Horno). Nuestros ojos se iluminaron y nuestras cestas se empezaron a llenar, aquella fue una jornada muy fructífera y de calidad.

Son ricas, es divertido recolectarlas, pero lo mejor, la mejor sensación es cuando muestras tu descubrimiento al compañero, este año haré fotos de antes de recolectar. Creo.
La única Amanita que recolectamos es la caesarea y eso que conocemos otras comestibles ¿Pero? ¿Merece la pena el riesgo? NO
(Nunca recolectar y menos ingerir ninguna seta que no conozcas perfectamente).

jueves, 9 de agosto de 2012

EN EL BOSQUE, LA AVARICIA ES MALA CONSEJERA.

Foto hecha por Felipe, en la foto se pueden observar varias especies: negrillas, llanegas, pie de perdiz, lengua de gato y trompetas amarillas.
Simply Put. John Scofield, guitarra, Larry Goldings, piano, Scott Colley, contrabajo y Brian Blate, batería.

Cuando empecé a salir, a buscar, a recolectar setas, siempre quería coger muchas y lo más importante era llegar a casa con un montón de setas, quería impresionar, e incluso impresionarme. Llegaba a casa, aparte de con setas, también con hierbas, palos, gusanos, setas en mal estado y además aumentaba peligrosamente las posibilidades de que se me colase alguna seta tóxica o venenosa (siempre he tenido el cuidado de repasar 3 veces las setas una por una y a la menor duda tirarlas). Con el paso del tiempo, cosa que también pasa en la vida, vas cambiando el método, le das importancia a otras cosas. Cuando era trompeta (trompetista) también pasaba lo mismo, al principio quieres tocar un montón de notas, ser rápido, impresionar. Pero con el tiempo buscas la calidad, no quieres el montón, buscas lo mejor que te da la vida, seleccionas y sólo te llevas lo mejor, recoges el regalo que te ofrece el bosque con respeto, la cantidad que necesitas y no más. Os aseguro que es un buen consejo, olvídate de la avaricia, el bosque volverá a ofrecerte año tras año sus frutos, no tienes porque llevarte todo. Las pequeñas déjalas crecer, y las grandes, las viejas, déjalas morir en su hábitat (son las que más esporas tienen). Y si nada de esto te convence, piensa en lo pesado que se hace limpiar tanta seta, y encima de tener que limpiarlo todo, también tienes que preparar para conservar. Coge lo que necesites, selecciona sólo lo mejor, piensa que esta es la mejor manera de disfrutar de ellas a la hora de comértelas (que son para lo que sirven, las que te llevas a casa).

*Sólo recolectar lo que conoces con total seguridad, ten en cuenta que te va la vida en ello.
*La foto corresponde a lo que cogimos entre dos personas, para nosotros y algo para regalar, os aseguro que dejamos mucho, mucho, mucho en el bosque.
*He elegido este audio porque pienso que John Scofield ha sacado un disco siguiendo estos valores.


SI MIRAS BIEN, LA DESCUBRIRAS

Foto, orquídea Ophrys apifera hecha en el bosque por Felipe Trompeta de la Muerte
Knives Out, Brad Mehldau, piano, Larry Grenadier, contrabajo y Jeff Ballard, batería.


Cuando vas por el bosque, te encuentras de todo, y cuando digo de todo me refiero a de todo: plásticos de todo tipo, paquetes de tabaco de todas las marcas, latas de todas, monedas, una bici oxidada; cualquier tipo de cosa que te puedas imaginar. Y ni siquiera así se enfada, y si te fijas bien, te regala una sonrisa.


martes, 7 de agosto de 2012

Coprinus comatus

COPRINUS COMATUS
Fotos, Felipe Trompeta de la Muerte.
El título de la música es: Pata, pata, interpretada por Perico Sambeat, saxo alto, Javier Colina, contrabajo y Marc Miralta, batería.

Crece desde primavera a otoño después de las lluvias en terrenos removidos, graveras, cesped o en márgenes de caminos. El sombrero puede alcanzar los 15 cm y el pie los 12 cm (hueco). Sus láminas están muy prietas y cuando está fresco son blancas, van pasando a rosa y finalmente negras. La cutícula es blanca con escamas fibrosas, el centro (parte de arriba) es lisa de color beig o marrón claro. Se ha averiguado que el comatus en su biología molecular es más cercana a los Agaricus (champiñones) que a los coprinos, no te extrañe que un día de estos lo veamos clasificado como un champiñon.
Se puede llegar a confundir (si no se conoce) con el Coprinus atramentarius, que si bien se puede comer, se vuelve tóxico si se mezcla con alcohol, incluso días después de su ingesta, el atramentarius es liso y de un color grisáceo.
El Coprinus comatus es una de las setas que más me gustan. Una de sus características es que cuando envejece va soltando un líquido de color negro, una tinta que en su tiempo se utilizó para escribir. Sólo se come el sombrero y sólo cuando sus láminas son totalmente blancas (recordar que la mayoría de intoxicaciones son debidas al consumos de setas en mal estado). Se puede recolectar girándolo (el sombrero), entonces oirás un “crick” o “crack”, sonido característico que se produce cuando se separa de su pie.
 Es una seta que se estropea con facilidad y difícil de conservar, por lo cual es aconsejable recolectarla cuando acabes la jornada setera o llevar una neverita con hielo. Yo la conservo congelándola de la siguiente manera: poner una sartén con dos gotas de aceite a fuego no muy fuerte, cuando esté caliente echar los Coprinus (sólo los que tengan las láminas totalmente blancas), empezarán a soltar agua, esta agua la retiras, volverá a soltar un agua que volverás a retirar, sacas las setas, las dejas enfriar y las congelas; el agua de la deshidratación también la congelo en una cubitera y va de perlas para hacer cualquier arroz (no pasarse de cubitos ya que dan mucho sabor).
Cuando empecé a salir en busca de setas, encontré un lugar donde se daban a centenares (los Coprinus), al año siguiente salieron muchos menos y así sucesivamente, actualmente en este lugar suelo encontrar media docena al año. El sitio en cuestión da otro tipo de setas (muchas y muy ricas). Para llegar al sitio, se coge la autovía, cuando llevas un rato giras a la derecha y después de otro rato, en un punto kilométrico determinado, verás un camino, te metes en él y andas unos cien metros, te internas en el bosque y, si miras bien, volverás con un montón de setas.


No recolectar ni comer setas que no conozcas o haya identificado un experto (si se las llevas a un experto, asegúrate que lo es, te va la vida en ello).