Esperando
que después de estas super tormentas que han caído por aquí
(Manzanera) aún salga alguna seta de primavera, voy a hablar de una
seta típica de primavera, una deliciosa seta que da mucho juego en
la cocina.
Marasmius
oreades, senderuela, senderilla, carrerilla, ninfa, capucha,
carrereta, seta de corro, gusrones... el que una seta tenga tantos
nombre populares, y no hablo de los que tiene en catalán, euskera o
gallego, es síndrome inequívoco de que es una seta muy recolectada.
Esta seta es pequeña, de aspecto frágil y delgado, sale en grupos,
normalmente de muchos individuos, formando círculos o semicírculos,
estos se pueden divisar a gran distancia, también la he encontrado
en hileras descontinuas en bordes de caminos.
La
época
de aparición es de primavera hasta otoño, aunque en verano es raro
encontrarla, en todo caso baja mucho su aparición en la temporada
veraniega. Crece
en
épocas lluviosas o tras fuertes tormentas en prados y pastizales.
Su
sombrero
puede
alcanzar hasta 8 cm de diámetro y pasa de convexo de joven a
extendido en su madurez, con un característico mamelón central
algo más oscuro que el resto de la seta. Su margen (seguimos con el
sombrero) es estriado, la superficie es lisa y tonalidad mate, cuando
el tiempo es seco su color es crema claro, blanquecino y cuando es
húmedo es ocre-rojizo o ocre-anaranjado. Las láminas
son
espaciadas, anchas, cuando la seta es joven su color es es más claro
que el del sombreo, pero en la madurez van igualándose. El pie
es largo y muy delgado con relación al sombrero, muy fibroso, no
hueco; no se consume dado su dureza, se puede retorcer varias veces
sin que se rompa (esto es una característica importante). Su carne
es
blanquecina con olor y sabor agradable, ciánico, ligero aroma a
almendras amargas.
Esta
seta tiene la singularidad de que se resecan en tiempo de sequía,
pero curiosamente se rehidratan cuando llueve, incluso con el rocío
de la mañana (merece la pena madrugar para ir a recolectarla). Se
puede confundir
con
varias setas, por lo que hay que ir con atención y precaución a la
hora de recolectarla. Al salir en el mismo habitad se puede confundir
con algún Citocybe blanco, en tiempo seco es cuando los colores se
pueden asemejar más, aunque con la vejez, los Clitocybes pueden
mostrar colores más ocres o rojizos, también salen en prados y en
círculos, pero a diferencia de las senderuelas son aterciopelados.
Hay que tener cuidado con las setas blancas, los Clitocybes blancos
son muy peligrosos, incluso mortales. el Clitocybe dealbata es una
seta muy tóxica, las características más diferenciales con las
senderuelas son sus láminas apretadas (algo decurrentes) y sobre
todo su pie más recio y corto. El Clitocybe rivulosa, otro blanco,
suele tener el pie ancho y corto, las láminas son apretadas y su
olor es harinoso. También cabe la confusión con el Marasmius
collinus, sus láminas son apretadas y su pie se rompe con facilidad
si lo retuerces, tiene un ligero olor a ajo. Incluso se podría
confundir con la alucinógena Panaeolina foenisecii, es una seta más
pequeña, las láminas son color castaña y el pie es quebradizo. Al
salir estas setas en el mismo habitad que las senderuelas y al ser
setas pequeñas, hay que fijarse (sé que es un coñazo) de una en
una, no vaya a ser que se nos cuele una mala. En casa volveremos a
observarlas de una en una cuando las limpiemos.
El
secado,
a
mí, me parece que es la mejor manera de conservar esta seta, claro
que también se puede congelar. Al secarla gana en aroma, también se
puede triturar y utilizarla como condimento para distintos platos.
Curiosamente en Cataluña tiene un nombre como seta seca y otro en
fresco, fresca se llama cama-sec y en seco, debido a una confusión
histórica, coge el nombre popular del Calocibe gambosa, que es
moixarnó.
Lenguado
con Marasmius oreades.
Ingredientes: un leguado hermoso, harina integral de trigo y
mantequilla o ghee. Aparte 300 gramos de senderuelas bien limpias,
una cebolla morada de Figueras no muy grande y picada, 2 cucharadas
de mantequilla o ghee, 3 cucharadas de vino blanco, el zumo de medio
limón no muy grande (ecológico mejor), sal y pimienta. Poner el
horno muy bajito. Harinar y freir el lenguado con mantequilla hasta
que esté crugiente (cuando esté se reserva en el horno a fuego muy
bajo). Mientras hacemos el lenguado, en otra sartén podemos ir
preparando las setas, rehogar la cebolla en la mantequilla hasta que
esté trasparente, añadir las setas, saltear unos minutos, añadir
el vino y el limón, dejar cocer un minuto. Separar los filetes de
lenguado y ponerlos en un plato, echar por encima los líquidos y las
setas. Una ensalada en el centro o unas zanahorias con col blanca al
dente pueden acompañar muy bien. Ji.
Recuerda
que hay setas mortales y otras muchas muy tóxicas. Si no conoces
bien la seta que tienes delante no la recolectes y sobre todo no te
la comas. Cuida bien lo que recolectes, la mayoría de las
intoxicaciones por setas son debidas a la ingestión de ejemplares de
setas comestibles en mal estado. Si quieres aprender más sobre
nuevas especies, coge 3 ejemplares enteros (de distintos tamaños) de
las setas que no conozcas y mételas en papel de plata (evita que se
junten con las setas seguras que llevas en la cesta) y muéstraselas
a un experto (llévalas a una asociación micológica). No salgas
solo al bosque. Lleva el móvil con carga.