Estamos
en otoño, la época donde la gente más sale al bosque a por setas,
por lo cual el momento donde más intoxicaciones se producen. Nunca
viene mal tener en cuenta algunas cosas y andar con máxima
precaución.
Una
de las setas más ansiadas, buscadas y recolectadas son los Boletus,
pero aunque es un género que da pocos individuos tóxicos, también
los tiene y en estos alguno de estos me voy a centrar. Por lo pronto los edulis se
pueden confundir con cierta facilidad con el Boletus felleus, que
tiene también la carne blanca inmutable, aunque con la edad acoge
tonos rosados que provienen de las esporas de esta seta (que son de
color rosa). En teoría el felleus no es tóxica, pero es muy amarga
y cualquier cosa que cocines con ella acabará en la basura. Bueno,
yo quiero preveniros de otros Boletus, no por que sean difíciles de
distinguir, ya que siguiendo una sola premisa se puede evitar
cualquier intoxicación. Voy al grano que me lío. Creo. Quiero
hablar del Boleto
satanás y sus amigos.
Primero voy a describir del satanás para que siguiendo estos cánones
no se os ocurra recolectarlos, sólo admirarlos (a mí me gusta mucho
verlos). El sombrero
puede
alcanzar grandes dimensiones, hasta más de 25 cm. en principio
globoso, después extendido, irregular, abollado, de aspecto
compacto, carnoso. Su cutícula
(pielecilla del sombrero) no es separable, aterciopelada y mate, su
color varía desde blanco sucio, gris ceniza, crema o verdoso. Tiene
tubos
cortos, finos y separables, amarillos que azulean al corte. Poros
estrechos, primero amarillo vivo que se vuelven rápidamente de tono
anaranjado o rojo ladrillo a partir del centro, más claro en el
margen (amarillo). Su pie
es robusto, en ocasiones incluso más ancho que largo, más estrecho
en los extremos, amarillo en lo alto (en ocasiones en la base
también), rojo en el centro con retícula hexagonal en la parte
alta. Carne
firme espesa que enseguida se vuelve blanda, de color blanca o blanca
amarillenta que azulea de inmediato con el contacto con el aire en
tiempo húmedo, cuando el tiempo es seco azulea muy poco o nada.
Sabor
dulce (no probarlo) y olor
débil,
fétido con la edad.
Esta seta aún llamándose
satanás, no es mortal en personas sanas, aunque hace cuatro o cinco
años hubo una intoxicación masiva (supuestamente de este Boletus) y
estuvieron varios días en el hospital, no volví a leer nada de
aquella noticia por lo que no sé que secuelas les quedaron a los
ingresados y si les afectó en algún órgano vital.
El consejo que te quiero dejar
hoy es este, la premisa a seguir (es la que yo sigo y me parece
razonable) es la siguiente: no recolectar boletos de poros rojos.
Casi todos los boletos de poros rojos son tóxicos, incluido el
Boletus erythropus (boletus de pie rojo) en crudo. Además los que se
consideran comestibles son de difícil identificación y te pueden
llevar fácilmente a la confusión. Mi idea es que habiendo tantas
setas inconfundibles en el bosque ¿para qué arriesgar? Creo
firmemente que no es mal consejo eliminar este grupo de boletos de
nuestras recolecciones. Sé que a muchos no les gustará este
consejo, ya que el erythropus es un boleto bastante consumido, pero a
mí, particularmente, no me gusta tanto. Creo.
Recuerda que hay setas mortales y
otras muchas muy tóxicas. Si no conoces bien la seta que tienes
delante no la recolectes (en todo caso sepáralas de las que sepas
que son comestibles) y sobre todo no te la comas. Cuida bien lo que
recoges, sólo elige los ejemplares perfectamente sanos, la mayoría
de las intoxicaciones por setas son debidas a la ingestión de
ejemplares de setas comestibles en mal estado. Si quieres aprender
más sobre nuevas especies, coge 3 ejemplares enteros (de distintos
tamaños) de las setas que no conozcas y mételas en papel de plata
(evita que se junten con las setas seguras que llevas en la cesta) y
muéstraselas a un experto (llévalas a una asociación micológica).
No salgas solo al bosque. Lleva el móvil con carga. El mercado suele
ser un lugar seguro donde conseguir seticas.
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