martes, 2 de junio de 2015

Marasmius oreades



Esperando que después de estas super tormentas que han caído por aquí (Manzanera) aún salga alguna seta de primavera, voy a hablar de una seta típica de primavera, una deliciosa seta que da mucho juego en la cocina.
Marasmius oreades, senderuela, senderilla, carrerilla, ninfa, capucha, carrereta, seta de corro, gusrones... el que una seta tenga tantos nombre populares, y no hablo de los que tiene en catalán, euskera o gallego, es síndrome inequívoco de que es una seta muy recolectada. Esta seta es pequeña, de aspecto frágil y delgado, sale en grupos, normalmente de muchos individuos, formando círculos o semicírculos, estos se pueden divisar a gran distancia, también la he encontrado en hileras descontinuas en bordes de caminos.
La época de aparición es de primavera hasta otoño, aunque en verano es raro encontrarla, en todo caso baja mucho su aparición en la temporada veraniega. Crece en épocas lluviosas o tras fuertes tormentas en prados y pastizales. Su sombrero puede alcanzar hasta 8 cm de diámetro y pasa de convexo de joven a extendido en su madurez, con un característico mamelón central algo más oscuro que el resto de la seta. Su margen (seguimos con el sombrero) es estriado, la superficie es lisa y tonalidad mate, cuando el tiempo es seco su color es crema claro, blanquecino y cuando es húmedo es ocre-rojizo o ocre-anaranjado. Las láminas son espaciadas, anchas, cuando la seta es joven su color es es más claro que el del sombreo, pero en la madurez van igualándose. El pie es largo y muy delgado con relación al sombrero, muy fibroso, no hueco; no se consume dado su dureza, se puede retorcer varias veces sin que se rompa (esto es una característica importante). Su carne es blanquecina con olor y sabor agradable, ciánico, ligero aroma a almendras amargas.
Esta seta tiene la singularidad de que se resecan en tiempo de sequía, pero curiosamente se rehidratan cuando llueve, incluso con el rocío de la mañana (merece la pena madrugar para ir a recolectarla). Se puede confundir con varias setas, por lo que hay que ir con atención y precaución a la hora de recolectarla. Al salir en el mismo habitad se puede confundir con algún Citocybe blanco, en tiempo seco es cuando los colores se pueden asemejar más, aunque con la vejez, los Clitocybes pueden mostrar colores más ocres o rojizos, también salen en prados y en círculos, pero a diferencia de las senderuelas son aterciopelados. Hay que tener cuidado con las setas blancas, los Clitocybes blancos son muy peligrosos, incluso mortales. el Clitocybe dealbata es una seta muy tóxica, las características más diferenciales con las senderuelas son sus láminas apretadas (algo decurrentes) y sobre todo su pie más recio y corto. El Clitocybe rivulosa, otro blanco, suele tener el pie ancho y corto, las láminas son apretadas y su olor es harinoso. También cabe la confusión con el Marasmius collinus, sus láminas son apretadas y su pie se rompe con facilidad si lo retuerces, tiene un ligero olor a ajo. Incluso se podría confundir con la alucinógena Panaeolina foenisecii, es una seta más pequeña, las láminas son color castaña y el pie es quebradizo. Al salir estas setas en el mismo habitad que las senderuelas y al ser setas pequeñas, hay que fijarse (sé que es un coñazo) de una en una, no vaya a ser que se nos cuele una mala. En casa volveremos a observarlas de una en una cuando las limpiemos.
El secado, a mí, me parece que es la mejor manera de conservar esta seta, claro que también se puede congelar. Al secarla gana en aroma, también se puede triturar y utilizarla como condimento para distintos platos. Curiosamente en Cataluña tiene un nombre como seta seca y otro en fresco, fresca se llama cama-sec y en seco, debido a una confusión histórica, coge el nombre popular del Calocibe gambosa, que es moixarnó.

Lenguado con Marasmius oreades. Ingredientes: un leguado hermoso, harina integral de trigo y mantequilla o ghee. Aparte 300 gramos de senderuelas bien limpias, una cebolla morada de Figueras no muy grande y picada, 2 cucharadas de mantequilla o ghee, 3 cucharadas de vino blanco, el zumo de medio limón no muy grande (ecológico mejor), sal y pimienta. Poner el horno muy bajito. Harinar y freir el lenguado con mantequilla hasta que esté crugiente (cuando esté se reserva en el horno a fuego muy bajo). Mientras hacemos el lenguado, en otra sartén podemos ir preparando las setas, rehogar la cebolla en la mantequilla hasta que esté trasparente, añadir las setas, saltear unos minutos, añadir el vino y el limón, dejar cocer un minuto. Separar los filetes de lenguado y ponerlos en un plato, echar por encima los líquidos y las setas. Una ensalada en el centro o unas zanahorias con col blanca al dente pueden acompañar muy bien. Ji.


Recuerda que hay setas mortales y otras muchas muy tóxicas. Si no conoces bien la seta que tienes delante no la recolectes y sobre todo no te la comas. Cuida bien lo que recolectes, la mayoría de las intoxicaciones por setas son debidas a la ingestión de ejemplares de setas comestibles en mal estado. Si quieres aprender más sobre nuevas especies, coge 3 ejemplares enteros (de distintos tamaños) de las setas que no conozcas y mételas en papel de plata (evita que se junten con las setas seguras que llevas en la cesta) y muéstraselas a un experto (llévalas a una asociación micológica). No salgas solo al bosque. Lleva el móvil con carga.

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