lunes, 15 de junio de 2015

Agaricus alberti



Al fin hemos podido salir (junto a Lucía) a ver qué se cocía por los prados de alta montaña y hemos tenido suerte, media cesta de Calocibe gambosa (tuvimos que irnos del prado perretxikero por la aparición de una manada de toros. Uff) y unos cuantos champiñones que, dado su tamaño, decidimos recolectar sólo 6, pero estaba repleto. Incluso el más grande, que fue el primero que vimos (desde el coche, ji), estaba sanísimo, con las láminas totalmente rosadas, pero se me partió al recolectarlo; también vimos unos cuantos que estaban repletos de hormigas, no sé si es que las hormigas los colonizaban o que habían nacido sobre el hormiguero, y dado el tamaño de los champiñones hormigados, que no eran los más grandes, sospecho que habían nacido casualmente en un hormiguero (si alguien sabe de esto que me lo aclare).

El Agaricus alberti es bastante difícil de confundir dado su tamaño y características generales de los champiñones (Agaricus). Pero como siempre hay que estar totalmente seguro de lo que se recolecta. Arráncalo completamente para asegurarte que no tiene volva y fíjate que las láminas no sean blancas.
Identificar al Agaricus alberti: El sombreo puede llegar a medir 30 cm de diámetro, primero está cerrado de forma hemisférica, después se aplana, su color es blanco o crema, amarillea algo al tacto, cutícula (superficie del sombrero) lisa, en ocasiones agrietada por el efecto del sol. Las láminas están apretadas y son muy anchas, de color gris blanquecino al principio, después rosas y al final negruzcas. El pie es robusto, macizo, blanco (suele adelgazar en su base), tiene un anillo muy amplio que deja numerosos flecos en el pie. Su carne es blanca, pero puede amarillear al roce. Tiene un leve olor a anís o almendras amargas (depende quién lo huela). Crece en primavera y otoño en prados. Yo siempre lo he encontrado a bastante altura. Puede confundirse con el Agaricus arvensis (bola de nieve) que también huele a anís o almendras amargas, pero amarillea más y no es tan grande. Asegúrate que las láminas sean gris-rosa, rosadas o negras (sólo consumir los ejemplares con las láminas gris rosa o rosadas), nunca tienen las láminas blancas (las amanitas mortales de color blanco tienen las láminas blancas, el pie más esbelto y volva). Tener en cuenta que en otoño sale el Agaricus xanthoderma que es tóxico, pero huele a yodo o neumático. Si no eres muy experto, está bien recolectar sólo los champiñones que huelan a anís o almendras amargas.
El alberti está riquísimo. Es el momento de salir a las alturas a por él.

Recuerda que hay setas mortales y otras muchas muy tóxicas. Si no conoces bien la seta que tienes delante no la recolectes y sobre todo no te la comas. Cuida bien lo que recolectas, la mayoría de las intoxicaciones por setas son debidas a la ingestión de ejemplares de setas comestibles en mal estado. Si quieres aprender más sobre nuevas especies, coge 3 ejemplares enteros (de distintos tamaños) de las setas que no conozcas y mételas en papel de plata (evita que se junten con las setas seguras que llevas en la cesta) y muéstraselas a un experto (llévalas a una asociación micológica). No salgas solo al bosque. Lleva el móvil con carga.


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